Llegó el momento de ir a buscar lo que se extravió desde hace casi cuatro años, el boleto a Qatar 2022. Costa Rica empezó a perder el boleto mundialista desde que inició «el proceso» hacia el 2022 poco después de finalizado el último partido en Rusia 2018.
Con esto no estoy descubriendo nada espectacular, simplemente estoy haciendo una retrospectiva de porqué a enero del 20022 estamos casi fuera del mundial y no solo eso, sino porqué de cara al decisivo duelo ante Panamá que se jugará en pocos horas en el Estadio Nacional, no hay entusiasmo, ni algarabía por parte de la siempre fiel afición tica que igual llegará al estadio a apoyar
Es un partido triple A es en nuestra casa y ante el rival directo por el repechaje, pero no se percibe así porque el aficionado tico es inteligente y entiende que los números de la eliminación se compraron todos y desde hace mucho
El tiempo perdido con Matosas, la larga gestión de Ronald González acompañada de malos resultados, la infinidad de pruebas de jugadores que no daban la talla pero siempre regresaban, la ausencia de un relevo generacional, y el bajo nivel de nuestro torneo y hasta legionarios , sumado a jugadores que no dejan de ser promesas con la tricolor, aparte de la fatal gestión de Suarez parecen suficientes motivos como para «dejarle» el lugar a otra selección del área
Ahora bien los que amamos el fútbol y hasta vivimos de él, sabemos que ir al mundial es una obligación y que se avecinan días oscuros para nuestro fútbol en caso de que el boleto se terminé de ir por un barranco
Pero al mismo tiempo aun se puede alcanzar la meta sin merecerla. Ganar a Panamá no fue nunca ni es en este momento algo imposible. De la misma manera dramática que se venció en casa a El Salvador y Honduras, o la forma fea que se empató en Panamá, algo se puede hacer para seguir respirando
¿Argumentos? nuestros jugadores aun saben su oficio, nuestra camiseta aun pesa, y la matemática aun no entierra a nadie en la octogonal, aun cuando los tres tiquetes directos ya están reservados para los del norte.
El triunfo de noviembre combinado con la noticia de que Nueva Zelanda será el rival del repechaje fueron una luz en un camino lleno de sombras
Ahora bien, un triunfo ante Panamá (factible en nuestro peor momentos futbolístico combinado con un buen momento de nuestros vecinos del sur), cambiará el panorama y ni que decir traerse algo el domingo de México DF o el miércoles de Kingston Jamaica.
El asunto es acercarse a una milagrosa clasificación no solo desde el punto de visita numérico sino futbolístico, algo que todos deseamos pese a que sabemos que si el fútbol sigue su curso «normal» eso no debería pasar
Pero el amor por la camiseta puede pesar más que la razón. La razón que dice que la actual Federación de Fútbol es amiga del fracaso, que su presidente ha pecado de soberbio y prepotente una y otra vez. Que nuestro estructura de selecciones nacionales hace rato es un desastre, que nuestros dirigentes son padrinos del desastre porque nunca tuvieron autoridad para cambiar nada y simplemente han dejado que el agua corra.
Nuestros jugadores viven en un estado de confort en el cual parece que ya hay un grupo viejo que no sale del fiestón de hace ocho en Brasil y otros que vienen atrás haciendo fila pero nada más, porque pasan los años y parecen resignados a un papel secundario en la película .
Todo eso es una realidad que llevamos cuatro años experimentando, pero al mismo tiempo nadie hizo nada para cambiarla, así que se debe apelar a la vieja confiable.. sacar alma vida y corazón en procura de un premio exagerado, pero que sigue ahí.
Sigue ahí por una razón muy sencilla y con esto cierro. Porque es fútbol, y el futbol es irracional es ilógico es hasta alcahuete en ocasiones. Por eso es tan maravilloso. Por eso a las ocho de la noche todo lo que escribí se olvidará al menos por 90 minutos.
Periodista deportivo y estadígrafo