Transcurría el año de 1979 se disputaba el tercer clásico de aquel campeonato anual el cual presentó el momento más extraño de la historia en este tipo de duelos.
Aquel pintoresco acontecimiento sucedió en el Estadio Alejandro Morera en octubre de 1979, el partido arrancó el 7 de ese mes y terminaría sin público 13 días después
Un penal a favor de la Liga por el arbitro Carlos Manuel Alvarez en el cierre del partido, se tuvo que repetir y desató los reclamos de los jugadores morados en contra del central, pues consideraban injusto el señalamiento.
La gresca también incluyó invasión del campo de la afición de la Liga y el penal no se pudo cobrar aquel dia
Para ese momento Saprissa ganaba el clásico 1-2, con goles Edwin Barley (0-1) y Gerardo Solano (1-2). El 1-1 para los locales se presentó también mediante un penal cobrado dos veces. Inicialmente lo detuvo el arquero brasileño del Saprissa Ismael Nery De Souza al manudo Enrique Vásquez. Pero el árbitro invalidó la acción solicitando que se cobrara de nuevo el lanzamiento el cual finalmente anotó para la Liga Rafael Angel Hidalgo
Los morados estaban a punto de ganar aquel intenso partido, cuando vino el otro penal sobre la hora para los manudos. La historia se repitió, cobró Javier «Zurdo» Jiménez el arquero brasileño detiene el cobro pero otra vez el central ordena repetirlo.
Los morados no aguantaron aquella decisión y se vino la batalla campal en la cual los jugadores del Saprissa Edwin Barley, Marco Antonio Rojas (arquero suplente ese día) y Francisco «Chico» Hernández al parecer agredieron al árbitro y recibieron un fuerte castigo inicialmente de un año por los bochornos incidentes, luego se les rebajo la sanción
También se fueron expulsados el volante del Saprissa Carlos Santana y el técnico morado de aquel momento Odir Jacques
El penal de nueva cuenta no se pudo cobrar aquella vez por la invasión de aficionados, pero los tribunales de la Federación de Fútbol de aquellos días ordenaron cobrarlo a puerta cerrada 13 días después.
El 20 de octubre de 1979 al ser las doce medio día se presentó aquel inusual momento.
En el único antecedente del clásico sin público en 70 años de enfrentamientos entre los dos rivales de siempre.
El Morera Soto desolado fue testigo de aquel raro acontecimiento para el cual el técnico manudo Ivan Mraz se presentó con tres posibles cobradores. El volante Alvaro Solano, Rodolfo Mills y Ruben Aguilar
Finalmente el cobro fue para «la locomotora» Mills quien envió la pelota al fondo de la red venciendo a De Souza para el 2-2 definitivo. Aquel gol solo fue celebrado por algunos directivos manudos que estaban en el estadio y transmitido por las emisoras de radio de la época. Cuarenta años y siete meses después se volverá a vivir un clásico sin público, pero desde el minuto 0, algo inédito en la historia de este tipo de duelos llenos de pasión y público
Rodolfo Mills cobra y celebra aquel gol a puerta cerrada
Fotos: Diario Extra, Archivo La República, La Nación, y de Rodolfo Mills
Periodista deportivo y estadígrafo